Tarde o temprano se llega a este punto en la vida de tu hijo(a), y probablemente ni para él o ella ni para ti sea un proceso fácil de llevar a cabo, por eso aquí te damos algunos consejos para hacerlo.
Si consideras que es el momento de que tu hijo(a) tome el volante, ¿pero no sabes bien cómo abordar el tema ni la primera lección? No te preocupes, es un tema normal por el que pasan muchos padres, y es que a nadie le enseñan a enseñar, sin embargo, sí puedes considerar algunos puntos para hacer de este proceso menos tenso para tu hijo(a) y para ti.
Evita los nervios
Aunque sea inevitable, procura no mostrar más nervios que los que tiene tu hijo(a) al tomar el volante. Te recomendamos dar las primeras lecciones en un lugar abierto y sin mucho tráfico, donde él o ella se sienta cómodo y seguro de dar los primeros pasos de la conducción. Posteriormente podrán salir a las calles aledañas a su hogar.
Evita los gritos y las expresiones que hagan sentir mal a tu hijo o hija. Recuerda cuando tú aprendiste a conducir; la mayoría de las personas tienen errores similares, sé empático. Ofrece más palabras de seguridad y aliento. Si el día que intentan tomar la lección de conducción, los nervios se presentan en ambos, lo más recomendable es que pospongan para otro día la clase.
Los primeros pasos
Primero lo primero. Enseña a tu hijo(a) la teoría antes que la práctica, y después realiza tú las acciones de manejo mientras le explicas paso a paso cómo lo haces. Posteriormente explica el funcionamiento de los controles: parabrisas, luces direccionales, aire acondicionado; y no olvides las lecciones básicas de mantenimiento: niveles de líquidos, frenos, carga de gasolina, etc.
Tampoco olvides enseñar la forma correcta de revisar y utilizar los espejos: retrovisor y laterales. Así como la postura correcta para tomar el volante, con las manos a las 3 y a las 9 como las manecillas del reloj. En la medida de lo posible, y una vez que comience a manejar en avenidas, explicar qué significa cada señalamiento. No olvides la lección de qué hacer en caso de accidente y el reglamento de tránsito.
La práctica
Una vez que la teoría haya sido enseñada, llega el momento de la práctica, la cual debe ser constante, pero en un tiempo adecuado, es decir, tres o cuatro veces a la semana, pero que no rebase los 30 o 60 minutos cada lección, esto al comienzo para evitar el estrés en tu hijo(a), esto le ayudará a no dejar de reforzar sus conocimientos prácticos cada día.
Verás, al igual que seguramente pasó contigo, que en unas cuantas semanas tu hijo(a) habrá dominado las bases del manejo. No obstante, recuérdale que en el volante nunca se termina de aprender nuevas cosas y, por lo tanto, nunca debe confiarse al manejar, mucho menos en condiciones como los viajes en carretera, la lluvia, la noche, el tráfico, etc.
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